Generalmente la persona no es consciente de que en la respiración se oculta una increíble fuerza vital que, además de mantenernos vivos, puede ayudar a revitalizar el cuerpo, avanzar más rápido, crecer con más facilidad o aumentar el bienestar. Por lo tanto, mejorar la respiración puede ayudar a reducir el dolor y las complicaciones asociadas al mismo. Tres sencillos ejercicios pueden ayudar a conseguirlo:
Respiración abdominal: situar las manos sobre el abdomen e intentar inflar la barriga durante la inspiración (como si fuera una pelota); deshincharla lentamente durante la espiración.
Respiración torácica: situar las manos sobre el tórax y comprobar que durante la inspiración la zona pulmonar se ensancha y sale hacia fuera, mientras que durante la espiración lenta vuelve a su posición original.
Respiración clavicular: posar las manos sobre las clavículas un poco por encima del pecho y observar como sube esa zona al inspirar y como baja al espirar.
Para más información: http://www.infermeravirtual.com/esp/problemas_de_salud/signos_y_sintomas/dolor#consejos_de_la_enfermera
Respiración abdominal: situar las manos sobre el abdomen e intentar inflar la barriga durante la inspiración (como si fuera una pelota); deshincharla lentamente durante la espiración.
Respiración torácica: situar las manos sobre el tórax y comprobar que durante la inspiración la zona pulmonar se ensancha y sale hacia fuera, mientras que durante la espiración lenta vuelve a su posición original.
Respiración clavicular: posar las manos sobre las clavículas un poco por encima del pecho y observar como sube esa zona al inspirar y como baja al espirar.
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